Al caer en la tierra, Rusbel (que era el nombre del ángel) tenía una tarea en mente, corromper a la mayor cantidad de gente para que, al final de sus vidas, le hagan compañía en el infierno (el lago de fuego y azufre). Esa es la función desde aquel momento de sublevación ante Dios. Mucha gente cree que después de la muerte no hay nada, que el cuerpo inerte se queda bajo tierra o sobre ella. Esa es la mentira que Satanás busca implantar en la mente de las personas para que vivan una vida disipada y desordenada.
Quería hacer esta pequeña introducción de lo que es para mí la historia del ser humano. No trato de pelearme con aquellos que no creen en Dios o que piensan que descendemos de alguna célula, un primate u otra especia que evoluciono con el tiempo. Creo que cada uno defiende lo que cree y es razonable exponerlo. Algunos dirán que no tengo un argumento científico y que me baso solo en la biblia que fue escrita por hombres, pues bueno, de eso se trata, el que tenga oídos para oír oiga. Hace un par de semanas en la ciudad de Iquitos empezó a escucharse en los medios de comunicación masivos sobre una secta satánica, la cual sellaba en el brazo a las personas con marca de la bestia (el apocalíptico 666).
La atención de la gente fue captada como si se tratara de un partido de fútbol de la selección. El interés por saber más crecía día a día. La gente se pegaba (literalmente) a la radio para saber más sobre esta secta diabólica que apareció con el sol un día del cual no tengo el recuerdo. Los medios impresos se apresuraron a sacarlo en primera plana. Las radios ocuparon sus tres horas de información entrevistando a curas, pastores y ocasionales testigos. De pronto los selladores del 666 se habían convertido en un show mediático alimentado por los medios y el morbo de la gente.
En los barrios era la comidilla del día. Era el tema preciso para la conversación de la tarde. Nadie sabia quien era el líder o donde se ubicaba la secta, pero ya habían aceptado como cierto un hecho que jamás se comprobó. Una explicación lógica a este fenómeno de las noticias “sicodélicas” o psicosociales (un termino más adecuado) es el interés inmediato que las noticias sociales tiene en la gente, la cual cansada de las mismas noticias de robos, asaltos, corrupción, asesinatos, autoridades ineficientes, caos económico y demás, busca en este tipo de noticias una salida a la difícil situación que le toca vivir. Es una manera de escape imaginario que le permite respirar cómodamente mientras dure. Influenciado además por la educación y la cultura de esa gente.
Ante una huelga de médicos indefinida, un posible (nuevo) paro del FPL, una huelga indefinida de docentes universitarios, una deficiente educación en los colegios, falta de obras, alza de precios y demás problemas sociales que se aglutinan creando un clima de inestabilidad y desconformidad. Es razonable que a alguien se le haya ocurrido lanzar un salvavidas para ganar algo de tiempo. Ha funcionado a la perfección la estrategia porque logro desviar la atención hacia otro lado que nada tiene que ver con la realidad actual de la ciudad. Es una cortina de humo para dejar de evidenciar un desgobierno en la región y en la ciudad.
Para todo este espectáculo temporal se confabulan autoridad y periodista. El periodista es el altoparlante para hacer llegar el mensaje y mantenerlo en vilo el tiempo más amplio posible. Me hace recordar a las cortinas de humo en el gobierno de Fujimori, donde la atención de la gente era por las vírgenes que lloraban sangre y el monstruo de los cerros. Todos articulados por el ex asesor del SIN. Lo cuestionable de los medios en este caso, es que nunca investigaron más a fondo o con propiedad el hecho, solo se limitaban a repetir o a transcribir lo que los demás hablaban. La noticia había surgido de un chisme que del pueblo paso a los medios. Aparentemente termino con la muerte del incitador de todo esto. ¿Una patraña digitada por algún desesperado político o ciencia ficción real?
A este ritmo los únicos que deben sellarse los brazos (y bien grande) son las autoridades, PERO NO EL 666, sino la marca de los incapaces y deshonestos. El día final aun no ha llegado, ni mucho menos los falsos profetas que la biblia vaticina que vendrán. El día que se imponga la marca de la bestia a la gente será por la fuerza, y créanme, ese día tendrán que decidir entre morir por Cristo o ser sellados para la bestia. Esta campaña mediática ya llego a su fin, después que vendrá, monstruos en el rió Amazonas. Nos vemos en el próximo show.
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