SHALUCO Y SUS PROBLEMAS DE GESTIÓN

Hablar de “Shaluco” (para los amigos) o del señor Salomón Abensur Díaz (para los no tan amigos), es como hablar de un fantasma, es decir, todos saben que existe pero no lo ven. Desde que asumió el cargo hace un par de años, el buen shaluco no ha hecho nada de importancia para esta provincia y menos para Iquitos. Lo que si he podido notar, es que el patrimonio de la familia de Abensur ha crecido ostentosamente. Empezó cambiando la fachada de su casa totalmente (con lozetas cremas y marrones), luego le compro una moto valorizada en 14 mil soles a su hijo (sino es más), después se compro un auto Nissan color granate, hizo un garaje nuevo por la calle Morona, y quien sabe que otras adquisiciones más. En realidad ese no es mi problema, me imagino que con el sueldo de 14 mil soles mensuales que gana pueda darse esos lujos.

El 2008 ha sido para shaluco un dolor de cabeza. Los descubrimientos de una serie de irregularidades con el dinero del pueblo dentro de la Comuna de Maynas, han hecho que su prestigio, credibilidad y aceptación como burgomaestre - de la ciudad más importante de Loreto - se venga a menos. Denuncias de los regidores en contra de la gestión de Abensur son cosa de todos los días. Hay ciertas acciones que el alcalde ha efectuado sin rendir cuentas (al menos exactas). Viajes improductivos fuera de la región y del país (incluido viáticos), alquiler de 6 camionetas blancas para seguridad ciudadana (con la cual se favoreció a una persona del circulo de Abensur), licitaciones para obras a sus amigos y conocidos (donde de hecho recibe una buena tajada), permisos excepcionales para la construcción de locales en zonas prohibidas (caso del Pardo), implantación de un plan autoritario y coercitivo como el “Plan Zanahoria”, movilización de su gente para ciertas manifestaciones nocturnas y diurnas. Más problemas que obras es lo que nos muestra el 2008 de la gestión de Abensur.

La implantación de Plan Zanahoria (hecho arbitrariamente) significó un atentado en contra de la LIBERTAD de las personas y de los negocios. Creer que la regulación de venta de bebidas alcohólicas es la solución a los principales problemas sociales (robos, accidentes de tránsito y grescas) en la ciudad de Iquitos, es como creer que un carro de policía puede frenar a una banda de criminales. Lo único que ha logrado con ese plan, es que los comercios vean afectados sus ingresos teniendo que despedir a mucho personal. Aun así, el consumo de cerveza en la región y en la ciudad se ha disparado, lo que demuestra que la intervención en el mercado no es la salida. Los malos manejos de los fondos económicos por parte de algunos regidores, el favorecimiento y ciertos privilegios como la evasión de impuestos y eventos ilegales, también han hecho que la población vea de mala forma la actual gestión municipal.

Shaluco ha demostrado ser autoritario y no saber escuchar a la gente que de buena manera le asesora (algunos sin cobrar honorarios). Su cúpula esta llena de gente ineficiente. El descabellado proyecto de querer construir un puente que una el puerto de Nanay con el otro extremo del rió Amazonas, ha sido una de sus últimas propuestas. Una obra que no beneficiaria en nada a esta ciudad, salvo que los pobladores del otro lado del río tengan bicicleta o canoa con llantas. Su trocha carrozable - que une Iquitos con Mazan - más parece una mazamorra de greda y arena. Su botadero municipal no cumple con los estándares ni los permisos necesarios para su funcionamiento, pero el buen shaluco haciendo abuso del principio de autoridad, lo inauguro. Las licitaciones para sus amigos es otro negocio que se da en la municipalidad de Maynas. La falta de liquidez de dinero era - hasta hace un par de meses - un problema para los proveedores y trabajadores de este municipio.
La remodelación de unas cuadras de la calle Samanez Ocampo, fue otra de sus brillantes ideas. Se peleo con los vecinos para cortar los árboles y poner cadenas de bronce con faros al estilo Francia en la berma central de la calle, además de plantar “ficus” (esas plantas que tiene piojos cubanos en sus hojas), por encima de la queja de los vecinos y los documentos firmados rechazando la obra. Su gerente general, Rafael Saavedra Andaluz, es su escudero. Me hace recordar a la labor estúpida que desempeña Jorge del Castillo para defender a su patrón. Tiene casi el mismo nivel de sordera que Salomon y presenta las mismas ínfulas de autoritarismo extremo (demasiada arrogancia para una autoridad regional). Me olvidaba mencionar el lío que hubo para navidad con los vendedores ambulantes, a los cuales les restringió el permiso para vender en la calle Próspero. Al final, ante la presión de los vendedores y la sociedad, tuve que concertar y aceptar que se invadan las calles como cada año.

¿Una muestra de debilidad o una mala decisión? Juzgue usted. Nadie puede prohibir el derecho que la gente tiene para trabajar, pero también debe respetarse los espacios y las normas laborales, debe haber condiciones favorables para tal actividad. La organización de Miss Turismo (con plata de los contribuyentes), el viaje de él y su sequito a Leticia (con dinero – otra vez – del pueblo) con la excusa de la fiesta de la confraternidad, entre otras gollerías propias de los políticos sin preparación y visión ideológica, nos demuestra porque esta provincia no avanza, y porque muchas personas ven en la política la manera de vivir bien y hacerse ricos en pocos años. Lamentable que todo esto pase en una provincia tan necesitada como Maynas. Valor, la agrupación que lidera shaluco, al parecer, no tiene un plan de desarrollo a largo o corto plazo, no tiene propuestas de cambio para la provincia, ni menos un asidero ideológico o un sustento racional en sus ideas, simple y llanamente, es otro partido más, creado para las elecciones.

Aun le quedan un par de años más a la gestión de Salomon Abensur, y sinceramente, espero que pueda revertir toda la situación actual, así como la desconfianza y la desazón que ha generado en el pueblo. Los errores no se sienten cuando se corrigen a tiempo, pero de persistir en ellos, ya es un problema con un solo fin en perjuicio de los loretanos y en desmedro de la sociedad. Si la gestión propone solución a los principales problemas, y trabaja para solucionarlos, todo ganamos, porque de eso se trata, de generar los amientes propicios para un desarrollo sostenible y progresivo en bien de la provincia, la ciudad y la región.