El socialismo, el cual plantea la igualdad entre los miembros de la sociedad, así como la distribución de la riqueza, ha tenido un fuerte despegue en América del Sur, todo ello producto de la inestabilidad política, la falta de rumbo, el incumplimiento de promesas, la recesión económica, el caos generalizado, es obvio que la gente necesite y quiera un cambio, pero, hay que ver detenidamente aquellas propuestas que parecen luchar por los que menos tienen, porque en realidad solo causan más pobreza, desempleo, muerte y caos; primero fue Chávez en Venezuela, Uribe en Colombia, Bachelet en Chile, Correa en Ecuador, Evo Morales en Bolivia y Lula en Brasil.
Lo que aspira el socialismo para sus adeptos son mejoras económicas colectivas, es decir, masificar la economía para que llegue a aquellas personas que menos tienen a través de la distribución de la riqueza, pero, ¿Qué medios utiliza para ello? No es otra cosa que la aplicación de más y excesivos impuestos, además de regulaciones que ahogan la economía individual, por consiguiente la de todos, lo que deriva en pésimas obras públicas, inseguridad, corrupción, expolación legal, injusticia, bajo nivel educativo, sistemas de salud deficientes y empresas caoticas, todo por meterse el Estado en donde no le compete.
Actualmente en Chile con Bachelet, se están viendo los estragos de una política que nunca ha funcionado ni va funcionar, se vive la peor crisis del Oficialismo en 17 años. A los problemas de los transportistas, se suman los generados por la educación pública, la salud, la desigualdad en la distribución, la delincuencia, la crisis energética y los deudores de vivienda, estos últimos calificados como una pesadilla para el ejecutivo chileno, entonces, ¿Cómo puede ser el Socialismo la solución a los problemas de la sociedad cuando el mismo los crea? Habría que ser negligente para seguir confiando en una política de Estado que en todos los lugares que se ha aplicado, solo ha destruido: la Libertad, la Vida y la Propiedad Privada.
Lo que aspira el socialismo para sus adeptos son mejoras económicas colectivas, es decir, masificar la economía para que llegue a aquellas personas que menos tienen a través de la distribución de la riqueza, pero, ¿Qué medios utiliza para ello? No es otra cosa que la aplicación de más y excesivos impuestos, además de regulaciones que ahogan la economía individual, por consiguiente la de todos, lo que deriva en pésimas obras públicas, inseguridad, corrupción, expolación legal, injusticia, bajo nivel educativo, sistemas de salud deficientes y empresas caoticas, todo por meterse el Estado en donde no le compete.
Actualmente en Chile con Bachelet, se están viendo los estragos de una política que nunca ha funcionado ni va funcionar, se vive la peor crisis del Oficialismo en 17 años. A los problemas de los transportistas, se suman los generados por la educación pública, la salud, la desigualdad en la distribución, la delincuencia, la crisis energética y los deudores de vivienda, estos últimos calificados como una pesadilla para el ejecutivo chileno, entonces, ¿Cómo puede ser el Socialismo la solución a los problemas de la sociedad cuando el mismo los crea? Habría que ser negligente para seguir confiando en una política de Estado que en todos los lugares que se ha aplicado, solo ha destruido: la Libertad, la Vida y la Propiedad Privada.
1 comentario:
Chile es una sociedad capitalista desde que Pinochet empezó a seguir políticas monetaristas en 1975 y libre desde que la dictadura dio lugar a la democracia. El modelo económico de Pinochet tuvo una crisis en 1982-83 pero con algunas reformas se corrigió. Sin embargo, la desigualdad y la pobreza se acentuaron considerablemente. La Concertación que llevó al poder a Aylwin, Frei, Lagos y ahora a Bachelet aplicó sobre ese modelo otro tipo de reformas de carácter social, que ha llevado a Chile a ser el país con menor porcentaje de pobreza en América Latina. El socialismo de Chile no es el mismo que el de Venezuela. Está más cercano a la tercera vía del laborismo inglés, que también corrigió los déficits sociales del monetarismo de Thatcher. No se puede decir entonces que el socialismo (que es tan grande como espectro) es el culpable de crisis sectoriales en Chile. De no haberse aplicado las reformas que han hecho los socialistas, Chile sería ahora un país como el Perú: con bastante ingresos y altamente desigual, generando inestabilidad democrática. Además, en ningún momento las reformas sociales han ni a la libertad, ni a la vida ni a la propiedad privada.
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