jueves, 11 de octubre de 2007

UNA REFLEXION SOBRE EL PLAN ZANAHORIA, AÚN VERDE


Esto del plan zanahoria ya es un tema recontra viciado y hablado, lo gracioso es que hasta el momento las opiniones no han ayudado en nada a solucionar el problema. Comenzaré por decir que esta ordenanza va reñida contra uno de los derechos fundamentales de la persona, LA LIBERTAD, ¿Cómo una municipalidad puede limitar de esa manera la vida de su sociedad?, las cuales restringen el consumo y venta de cerveza en determinadas horas. Mucho se habla referente al control en la venta de alcohol en los establecimientos, supuestamente, para frenar la delincuencia, los accidentes, los escándalos, etc., ¿Qué ha provocado esto? Que cada vez más gente consuma alcohol a escondidas y que las ventas sean clandestinas.

Me resulta gracioso pensar que 5 camionetas de seguridad ciudadana puedan frenar el consumo de bebidas etílicas dentro del horario restringido. En la publicidad audiovisual se jactan del gran favor que le hacen a la comunidad al elaborar y aplicar un plan como este, incluso dicen que Iquitos avanza – como el Perú esta cambiando, el Perú esta avanzando de Alan - no se puede hablar de un avance en la sociedad, si se restringe la oferta y la demanda de un producto preferencial, con la excusa de frenar diferentes problemas sociales. Mejor es concientizar que restringir. La libertad dentro de una sociedad es lo que asegura el desarrollo de esta, pues con mandatos y regulaciones a los habitantes, más problemas se crean.

La municipalidad debería preocuparse por crear un plan que mejore la seguridad, la limpieza, el bienestar, el excesivo ruido, el desarrollo urbanístico, en fin, tantos temas que le competen, pero que no están dentro de sus prioridades, al parecer, quieren seguir matando la economía de la gente que invierte en un negocio rentable como la venta de cerveza o un local de diversión, no obstante, infaltablemente piden que se paga los impuestos respectivos en el día. Las personas que piensan que con este plan se eliminan los problemas, deberían también, pensar en eliminar los cigarrillos para que se eviten más personas con cáncer pulmonar. En todo caso, porque no se empiezan a cerrar prostíbulos, fumaderos, se prohíbe la venta de venenos, la venta de gaseosas y de comida ambulatoria, el transito de motocarros y colectivos, ¿Acaso no son igual de dañinos que la cerveza? Si se aplica la ley para algo que “hace daño”, debería ser aplicado para lo demás.

¿Sólo la cerveza causa problemas en nuestra sociedad y en el mundo? ¿Es este un primer paso hacia nuestro desarrollo? Después del plan zanahoria, ¿Qué vendrá? El plan calzón, el plan cigarro, el plan mariposa. La decisión de una persona a la hora de consumir un determinado producto no se puede controlar con una ley, porque de todas maneras lo hará, escondido, en su casa, pero ahí estará, violando una norma absurda y retrograda, que en nada ayuda a acabar con los principales desastres que ocasionan la mala educación y cultura de algunas personas. El consumo de alcohol depende de cada uno, sin embargo hay personas que no se controlan en la ingesta; la restricción de venta no me asegura que esta persona vaya a otro distrito o a algún lugar que también viole las reglas y venda el producto vetado.

Más se ahorran en crear campañas de ayuda a los alcohólicos, o en todo caso, campañas de concientización, haciendo ver que consecuencias tiene el excesivo consumo de alcohol. Con la cantidad de dinero que entran en las arcas ediles, ya se habría invertido en estas campañas, evitando que los guardianes de la seguridad citadina se estén “desvelando” en bares, cantinas y locales para asegurarse que se cumpla las ordenes de su patrón, pero descuidando el verdadero problema: los robos, las peleas, los accidentes, la delincuencia. Porque al final, cuando la persona saque 10 soles de su bolsillo para comprar 3 cervezas, no le va importar la hora ni el lugar si su deseo es más grande que la ley. No creo que el alcalde pueda dividirse o fraccionarse en mil partes para corroborar que su “inmaculada idea” se cumpla en nuestra pobre ciudad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece absurdo regular el libre comercio y además la libertad de la sociedad. Con esto solo retrocedemos a épocas de dictadura totalitaria.