jueves, 27 de septiembre de 2007

ENTREVISTA A ALVARO VARGAS LLOSA


Entrevista sacada de www.perúliberal.org realizada a M.V.LL. aquí se habla sobre la filosofía, política y economía liberal.


Álvaro Vargas Llosa nació en Lima, Perú, en 1966. Se graduó en historia internacional en London School of Economics, en el Reino Unido. Ha ejercido el periodismo escrito, televisivo y radiofónico en el Perú, en América Latina, en Estados Unidos y Europa. En la actualidad publica una columna de opinión en veinte países. Ha publicado “El diablo en campaña”, “La contenta barbarie”, “En el Reino del Espanto”, “El exilio Indomable”, “Cuando hablaba Dormido”, “La Mestiza de Pizarro”, “Tiempos de resistencia” y “Rumbo a la Libertad”. También ha publicado “Manual del Perfecto Idiota Latinoamericano y Español” y “Fabricantes de Miseria”, junto a Carlos Alberto Montaner y Plinio Apuleyo.
Actualmente, Vargas Llosa es Director de The Center on Global Prosperity del Independent Institute, en los Estados Unidos.

Al momento de llevarse a cabo la entrevista, Álvaro Vargas Llosa, se encontraba con un proceso penal abierto en su contra por lo no se encontraba en el Perú y la misma se llevó a cabo a través del correo electrónico, motivo por el cual se han incluido las preguntas.

¿Cuáles consideras que son los valores fundamentales del liberalismo?
El liberalismo es fundamentalmente una concepción ética. Su valor medular es la libertad individual, espacio que debe ser protegido frente a la invasión de terceros y de la autoridad política. Todo lo demás fluye de allí. Para un liberal, la sociedad es -debe ser- una gran hazaña de la cooperación voluntaria.

¿Crees que los liberales se han centrado más en la libertad económica y menos en la libertad política? Por que habría sucedido esto?
Es probable que eso sea cierto. La razón, me parece, es doble. De un lado, el éxito descomunal de las sociedades capitalistas y el fracaso estrepitoso de las socialistas ha dado a los partidarios de la economía de mercado su argumento más eficaz contra el adversario. Por otro lado, hay muchos partidarios de la economía de mercado que son autoritarios y verticales en su concepción del rol del Estado (lo que constituye, desde luego, una contradicción). Para ellos, lógicamente, el argumento liberal no es ético sino práctico, y por tanto económico.

¿Por qué no vemos liberales defendiendo apasionadamente los derechos humanos y criticando la tortura, la pena de muerte, las desapariciones, las ejecuciones extrajudiciales, etc.?
Porque muchos liberales no son liberales. Son conservadores o autoritarios, para quienes un cierto grado de apertura económica es útil, pero no creen en el valor de la libertad individual propiamente. Si creyeran en él, defenderían ardorosamente la vida y la libertad de las personas frente al abuso del poder en todas sus manifestaciones.

¿Cómo evaluarías las conclusiones y recomendaciones de la Comisión de la Verdad y Reconciliación del Perú? Debe el país asumirlas?
A diferencia de lo que piensan muchos peruanos, yo creo que ese trabajo es muy meritorio porque nos permite medir hasta qué punto tanto la democracia como la dictadura permitieron la sistemática violación de los derechos humanos para combatir al terrorismo, que sin duda fue en esa época la principal fuente de la violencia en el Perú. Puede haber errores en el informe final, porque es imposible reconstruir con precisión matemática hechos de esta naturaleza, pero el valor del informe en su conjunto es importante. “Asumir” el informe significaría aceptar sus conclusiones, procesar a los culpables y, sobre todo, evitar que algo parecido ocurra en el futuro. ¿Es mucho pedir?

¿Los militares responsables de violaciones a los derechos humanos deben ser llevados ante la justicia?
Por supuesto: deben ser llevados ante una justicia digna de ese nombre.

¿Cuál crees que es el rol del Estado Liberal?
Mientras estemos en este estadio de la evolución cultural y tengamos que aceptar la existencia de un Estado, el Estado debe circunscribirse al mantenimiento del orden público y la justicia. Estamos a años luz de semejante ideal.

¿Consideras la igualdad de oportunidades como un valor del liberalismo? Como la defines?
Me asusta el término porque, aunque me seduce la idea de que todos tengamos una oportunidad, veo imposible que esa oportunidad sea similar en todos los casos sin que el Estado, en pos de ese objetivo, invada la libertad individual sistemáticamente (además, esa igualdad de oportunidades tampoco se lograría). Prefiero la igualdad ante la ley (el viejo concepto de “isonomia” según los griegos). La mejor forma de servir a los pobres es darles la protección de la ley, lo que significa que nadie interfiera con sus opciones, incluidas las económicas, mediante imposiciones de ninguna clase. En semejante contexto, los pobres tardarían muy poco tiempo en crear riqueza.


¿Debe el Estado limitar la libertad individual? Por ejemplo para consumir drogas, suicidarse o casarse con alguien del mismo sexo.
Cada vez que el Estado ha intentado suprimir opciones individuales -o vicios- mediante la prohibición o la discriminación ha fracasado en el objetivo que perseguía y ha creado nuevos problemas. La persuasión, antes que la coacción, es la mejor forma de combatir un vicio, en el supuesto de que sea siquiera deseable dedicar algún esfuerzo a combatir algo que formará siempre parte de la conducta humana. En cuanto al suicidio o el matrimonio entre personas de un mismo sexo, expreso por ambas cosas mi irrestricto respeto y quisiera que el Estado hiciera lo mismo.

¿Qué crees que ha pasado en América Latina que en los últimos años algunos candidatos de izquierda han ganado elecciones? (Venezuela, Brasil, Uruguay, Argentina… posiblemente México el próximo año)
Lo que ha pasado es sencillo de explicar: hemos pasado del populismo de izquierda al mercantilismo de derecha y ahora volvemos en algunos países al populismo de izquierda. Nuestros líderes no se dieron cuenta de que entre ambas cosas hay mucho en común. La izquierda no aprende que el derecho de propiedad es parte esencial de los derechos humanos y la derecha no aprende que la separación entre Estado y negocios es tan importante como fue, en el siglo 19, la separación entre Estado e Iglesia.

¿Por qué no puede considerarse liberal a Fujimori?
Porque permitió la existencia de escuadrones de la muerte; porque el Estado no se redujo; porque privatizó empresas en calidad de monopolio; porque pudo la justicia al servicio del gobierno y, sobre todo, porque, mediante un vasto sistema de corrupción institucional, sofocó las libertades públicas que existían (aun cuando fueran mediocres o limitadas).

¿
Cómo evalúas el gobierno de Alejandro Toledo?
Mercantilista, corrupto, institucionalmente débil y beneficiario de un contexto internacional positivo.

¿Cuál es el futuro del liberalismo en el Perú?
Negro.

¿A qué sociedad aspira Álvaro Vargas Llosa?
A una sociedad en la que no haya que pedir permiso para ser.

No hay comentarios: