La LIBERTAD siempre ha sido la búsqueda final del ser humano. Buscamos la suficiente libertad para desarrollarnos, para pensar, para vivir, incluso para trabajar. A nadie le gusta vivir supeditado, subordinado o subyugado a otra persona. Desde el comienzo de las civilizaciones y a lo largo de nuestra historia, las guerras, las batallas y los enfrentamientos se han dado para emancipar naciones, ciudades o pueblos de la tiranía de otros hombres. Luchando por la libertad de otros han muerto muchos, mientras que otros han muerto tratando de destruirla. El “racismo”, una enfermedad que aun permanece en algunas personas y sociedades, es la peor forma de odio abierto a otro ser humano. Una discriminación sin razón o motivo, un pensamiento de superioridad (como el nazismo) con respecto al resto. No hablo de igualdad, porque nadie es igual a nadie, me refiero al respeto que debe existir entre seres civilizados, pensantes, inteligentes y tolerantes. Aunque la libertad también asiente que los seres humanos se junten en sociedades afines a sus costumbres y hábitos.
En Estados Unidos se vivió con peculiaridad esta situación. En 1517 se inició la venta de esclavos traídos del África. Eran vendidos - como una mercadería más - para que trabajaran en plantaciones ajenas sin ningún tipo de derecho o remuneración. La situación de estas personas era calamitosa y denigrante. El abuso de los compradores, a quienes debían llamar patrones o amos, era en ocasiones extremista llegando al punto del racismo radical. En 1861, cansados de los abusos y ante la falta del reconocimiento de sus derechos como seres humanos por parte del gobierno americano, se inicia la Guerra de Secesión incitada por los esclavos del Norte para abolir la esclavitud. Este pensamiento no era compartido por los estados del sur, donde el 36 % de familias tenía esclavos que trabajaban en los campos. La guerra costó la vida 670 mil norteamericanos. En julio de 1862 Abraham Lincoln anunció la Proclamación de la Emancipación, la cual daba libertad a los esclavos negros de los estados del norte, más no a los del sur. En 1865 se termina la guerra con la victoria de los estados abolicionistas y se acaba con la esclavitud en todo el país.
Tras el logro de la abolición de la esclavitud surgieron los grupos represivos (los que detestan la libertad). Así apareció el Ku Klux Klan en 1867, asociación clandestina que perseguía y asesinaba una raza (los negros). Durante esos años los afroamericanos no gozaban de derechos civiles. En algunos estados eran obligados a sentarse en la parte trasera de los buses. En este tiempo se dio el gesto de Rosa Parks, quien en 1955 se negó a darle el asiento en el autobús a una persona de raza blanca. Se estima que en los primeros 50 años del siglo XX 10 mil ciudadanos negros fueron linchados. El reverendo Martín Luther King fue el gran catalizador de los derechos civiles de los negros. En 1963, en la Marcha por la Libertad y el Trabajo, reunió a 250,000 protestantes y proclamó su famoso discurso “yo tengo un sueño”. Luther King murió baleado el 4 de abril de 1968, cuatro años después de haber ganado el premio Nobel de la Paz. Después de la marcha, el presidente John F. Kennedy prohibió la discriminación, él, al igual que King era un luchador por la libertad, también fue asesinado durante un recorrido por Texas de tres disparos en la cabeza.
En la actualidad aun se dan casos de discriminación y racismo. Hay grupos delincuenciales que manifiestan su rechazo total a cualquier raza que no sea la blanca (“la pura”). Grupos como los “SkinHeads” o “Neonazis” (cabezas rapadas), quienes asesinan a sangre fría y con alevosía a inmigrantes de cualquier lugar del mundo que se crucen por su camino. Sin ir muy lejos, en Perú existen lugares donde el derecho de admisión es reservado. Solo cierto público puede entrar, los de apellido soberano y de casta, más él que salió adelante vendiendo papas no puede hacerlo porque su apellido no esta en la lista de los APELLIDOS TOP. Eso es discriminación, y hasta racismo en cierto modo. Hay lugares donde la atención depende de la persona que pregunte. Existe una marcada idea de superioridad de algunos con respecto a otros. Mientras la gente que se ufane de ser mejor que otros no se saque ese complejo de superioridad de la cabeza, o entienda que en este mundo vivimos miles de millones de personas de razas, credos y costumbres diferentes, seguiremos escuchando de insultos, faltas de respeto, atentados y asesinatos. En el mundo existen diferentes clases sociales, eso ni dudarlo, pero lo que no debe variar es el amor y el respeto hacia los demás. El trato amable que debe haber tanto con el gerente de mi trabajo como con el vendedor de gaseosa de la esquina de mi casa.
En el 2000, afroamericanos como Colin Powell, nombrado por George W. Bush como Secretario de Estado, y Condoleezza Rice, actual secretaria de estado, ya habían llegado a las esferas del poder. Con la victoria de Barack Obama en las últimas elecciones presidenciales americanas, se abre un nuevo capítulo en la historia política de Norteamérica. Lo que demuestra que la gente converge en un mismo escenario donde todos podemos vivir en paz si aprendemos a entendernos y a respetarnos. No se trata de colores (negro, blanco, amarillo, azul o rojo), todos somos y formamos parte de este globo azul llamado tierra, y lo que afecta a uno afecta a todos. Gracias a gente amante de la libertad y del derecho podemos disfrutar de la democracia en los países. A lo mejor en unos cuantos años más esta clase de diferencias se terminen. A lo mejor no. La constitución ampara el derecho a cualquier persona, no importa su raza, su religión, sus costumbres o su procedencia. Ante Dios y ante la ley todos somos iguales. La tolerancia con las demás personas es una forma de vida. El racismo y la discriminación son ideas ortodoxas que se utilizaron en beneficio de algunos pocos con resultados devastadores y funestos para las sociedades. La Libertad jamás dejara de ser una puerta a la unión, el respeto, la paz, la armonía y la tranquilidad entre hermanos de diferentes razas. En el mundo solo debe existir una raza, la raza humana.