Recuerdo mi infancia en el barrio donde vivo hace más de 10 años (la tercera cuadra de la calle Moore), jugando con el orejón, la rata y coco. Pateando la pelota en las pistas sin asfaltar, donde siempre me rayaba las rodillas y los codos. Cogiendo caimito en el árbol de mi encementado patio y ahora garaje. Fastidiando a Carolina, Martina y Carmen. Jugando en la casa de mi primo Raúl Wong. Jugando “ye encantado” con mis vecinos (todos con más de 18 años en la actualidad). Trepando el árbol de mango de Doña Osa (Q.E.P.D), quien sacaba su valadora y nos hacia correr a cascajazos. Las peleas a la vuelta de mi casa (la sexta cuadra de Morona), donde me di los primeros golpes de mi vida. Los partidos de fulbito (choques a muerte) con los patas de la sexta cuadra de la calle Brasil, la sexta de Sargento Lores, la quinta de Morona, la segunda de Bolognesi y la Urbanización Jardín. Los choques de fulbito inacabables en la Plaza Sargento Lores, con Mario “la sopa”, Anthony “el jeton”, eddy “el cojo”, Giancarlo “el orejon”, solo por mencionar algunos de mis compañeros de equipo, y vecinos de toda la vida.
Recuerdo los primeros besos en medio de los apagones. Las primeras reñidas de mi padre. Los consejos de mi madre. La entrañable amistad de mi mejor amigo Carlos Valles. El primer deselance de un amor de años (que por cierto me puso mal 2 meses). Las salidas a los quinces en el Internacional, el Tennis o cualquier otro local donde entraran más de 100 personas. Mis inicios en las pistas caóticas de Iquitos. Mis primeras creaciones literarias en mi diario de dos semanas. El nacimiento de mi última hermana (gracias a Dios) Valentina. La corrupción del chino en la política peruana. Los helados de “loco” en la puerta de la calle Moore de mi colegio (San Agustín). La profesora Conchita sonriéndome – después de muchos años – en los pasillos del colegio. Las peleas de los alumnos agustinos en la canchita de fulbito del Palacio de Justicia. La sonrisa de mi madre cuando iba a recogerme. Mi primer rechazo de amor (y el único). La muerte de un amigo “no tan conocido”. El retiro “espiritual” en Kanatari. El logro del campeonato ADECORE en el 2001. La fiesta de promoción en el Club Tennis. Mi entrada a la Cepre Unap, en la cual aprendí que a veces la amistad es más importante que el estudio, pero jamás deben mezclarse.
Doy gracias de haber podido conocer a tiempo a Dios en una dimensión sobrenatural. Doy gracias por haber tenido los padres que tengo. Doy gracias por haber nacido en lugar que estoy. Doy gracias por haber tenido y tener los amigos que tengo. Doy muchas gracias a Dios por la preciosa, hermosa e inteligente hija que me dio. Doy gracias a Dios de tener vida, salud e inteligencia hasta ahora. Doy gracias a Dios porque te tomas tiempo de leer esto y meditar sobre tu vida. Doy gracias porque sin Dios no sería nada. Doy gracias porque Jesús es de la U y le concedió el campeonato del torneo apertura. Doy gracias porque cuando ya no este acá, me llevaré el recuerdo de haber dejado algo para que leas.
domingo, 6 de julio de 2008
YO RECUERDO QUE ... Y DOY GRACIAS POR
Hay ocasiones en las que me encuentro en la calle y veo cada acontecimiento del cual deseo escribir. Lo gracioso es que cuando estoy frente a la computadora no recuerdo nada. Será una suerte de amnesia temporal me imagino. Hoy quiero escribir algo de lo que a veces vaga en mi mente (mis recuerdos). Además dar gracias por algunas cosas.
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1 comentario:
Ramiro, habia escuchado por algun sitio (que dificil sera en esta ciudad) que escribias y que lo hacias bien, y yo decia buscare el famoso blogg de mi casi famoso primo, hasta hoy que me di un tiempo y te encontre en el cyber espacio, y la verdad dejame decirte, sin animo de pasarte la mano, por que no es mi estilo, que lo haces bien, sigue asi, te felicito, tu hija esta linda.
Nany
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