miércoles, 18 de julio de 2007

LA POBRE EDUCACION

Hablar de la educación en nuestro país, es referirse a los continuos e inacabables problemas de los maestros. Se dice que el Estado tiene la obligación de subsidiar la educación para su gente, bueno, ese es un tema aparte. Esto implica infraestructura adecuada, libros actualizados, docentes capacitados, tecnología moderna y – lo más importante - una buena inversión por alumno. Como ya se sabe, ocurre lo contrario, lo más penoso es que los docentes paralizan debido a la imposición del Gobierno Central para rendir exámenes, lo que se conoce como la “Ley de la Carrera Pública Magisterial”, esto para saber en que nivel se encuentran, los que fallen el examen en tres oportunidades serán separados y capacitados.

Lo que no me explico es: ¿Por qué los maestros no quieren aceptar tal medida? Acaso es injusto que los niños de mi patria reciban una educación de la más alta calidad. ¿Por qué salen a las calles a protestar y obligan a cerrar colegios? Acaso su función no es enseñar con el ejemplo y velar por el bienestar de sus alumnos ¿finalmente Por qué se oponen tanto a esta evaluación progresiva? Acaso dudan de su capacidad como docentes y quieren seguir ganando por la mediocre educación que brindan.

Si en verdad se valoran, deberían tomar en serio la situación de la educación peruana, si tienen problemas con esta ley, lo correcto es hablar con el ministro de educación y decir porque esta mal. Solucionar los puntos discordantes y llegar a un arreglo final, pero que sean concientes que necesitan ser evaluados. La tecnología educativa esta al alcance de millones de personas, los tiempos han cambiado y no podemos seguir enseñando a nuestros niños con libros de coquito – con el debido respeto que se merece – para eso estudian cinco años en la Universidad, para ver nuevas técnicas o crear formas de aprendizaje mas rápidas y eficientes.

Si se quiere una educación de calidad, los llamados a dar la revolución son ustedes, los docentes, porque con la capacidad que tienen pueden lograr revertir la deprimente realidad escolar en nuestro país, dejando de lado, sus propias ambiciones y poniendo antes que nada a los niños, porque ellos son los que aprenden de lo que ven, así, cuando vean presidentes, alcaldes y autoridades decentes, sabrán que el trabajo se esta logrando, porque los hombres y mujeres tendrán la libertad, la honestidad, la verdad, la honradez, la justicia y la visión como principios personales, enarbolando el desarrollo de esta nación.

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