viernes, 4 de abril de 2008

UN DIA EN LA RADIO

Abro mis ojos, aun no puedo ver bien por la legaña acumulada, trato de levantarme, pero me vence otra vez el sueño, intento una segunda vez, y caigo, escucho la voz de mi padre que dice: Ramiro, Ramiro, Ramiro, me incorporo y respondo, ya voy, finalmente logro ponerme de pie para darme un baño y botar toda la flojera a esa hora de la madrugada.

Trabajar en el informativo matutino más escuchado de la ciudad de Iquitos, es una responsabilidad bastante ajetreada, me levanto de lunes a viernes a las 5 de la mañana, llueva, haga frió, calor o nieve; la rutina siempre es la misma, levantarme, bañarme y chequear información en los principales periódicos de la ciudad, que no son muchos por cierto, de este modo hago un balance de lo que se va a tocar en el programa.

Una vez en la Radio más antigua de Iquitos, con 54 años, la adrenalina empieza a surgir al escuchar a los reporteros como hábilmente narran cada hecho que conmociona a la ciudad, hechos de sangre son lo principal y lo que más concita la atención de la gente, luego están los temas sociales, políticos y demás. Durante las 3 horas que dura el espacio, uno tiene que estar atento a las llamadas de la gente, coordinar con los reporteros, atender a las personas que llegan, alcanzar la secuencia del programa al conductor, chequear otras radios para ver en que están, hacer llamadas a los protagonistas del momento, ufff, es una chamba súper agotadora, pero reconfortante, claro, para el que le gusta.

La información en nuestra ciudad es abundante a pesar de no ser una gran metrópolis. Cada día se suscitan hechos de toda índole y que sirven para dar el éxito al programa que producimos. Nuestra labor principal es la de ser mediadores entre la gente y las autoridades, siempre y cuando sea un tema social o público. Hacemos un periodismo diferente: serio, veraz y dinámico, sin llegar a exageraciones o escenificaciones falsas con la información. Queremos que sea el público el que se haga una idea de lo que sucede para luego formarse una opinión propia. Solo así la sociedad puede tener la información precisa, sin malos manejos, ni mentiras.

Chequeo las distintas radios, sigo buscando, me detengo un momento en una radio limeña y escucho la canción más sonada del momento, luego miro a Raúl y sé que tengo que ponerme pilas porque en cualquier momento algo nuevo puede suceder, vuelvo a la realidad y sigo escuchando a los demás hasta que algo nuevo vuelva a pasar.